Social y cívica

Las competencias sociales y cívicas implican la habilidad y capacidad para utilizar los conocimientos y actitudes sobre la sociedad; para interpretar fenómenos y problemas sociales en contextos cada vez más diversificados; para elaborar respuestas, tomar decisiones y resolver conflictos, así como para interactuar con otras personas y grupos conforme a normas basadas en el respeto mutuo y en convicciones democráticas.
Se trata, por lo tanto, de aunar el interés por profundizar y garantizar la participación en el funcionamiento democrático de la sociedad, y preparar a las personas para ejercer la ciudadanía democrática y participar plenamente en la vida cívica y social gracias al conocimiento de conceptos y estructuras sociales y políticas y al compromiso de participación activa y democrática.
a) La competencia social se relaciona con el bienestar personal y colectivo. Exige entender el modo en que las personas pueden procurarse un estado de salud física y mental óptimo, tanto para ellas mismas como para sus familias y para su entorno social próximo, y saber cómo un estilo de vida saludable puede contribuir a ello. Los elementos fundamentales de esta competencia incluyen el desarrollo de ciertas destrezas como la capacidad de comunicarse de una manera constructiva en distintos entornos sociales y culturales, mostrar tolerancia, expresar y comprender puntos de vista diferentes, negociar sabiendo inspirar confianza y sentir empatía. Las personas deben ser capaces de gestionar un comportamiento de respeto a las diferencias expresado de manera constructiva. Asimismo, esta competencia incluye actitudes y valores como una forma de colaboración, la seguridad en uno mismo y la integridad y honestidad. Las personas deben interesarse por el desarrollo socioeconómico y por su contribución a un mayor bienestar social de toda la población, así como la comunicación intercultural, la diversidad de valores y el respeto a las diferencias, además de estar dispuestas a superar los prejuicios y a comprometerse en este sentido.
b) La competencia cívica se basa en el conocimiento crítico de los conceptos de democracia, justicia, igualdad, ciudadanía y derechos humanos y civiles, así como de su formulación en la Constitución española, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y en declaraciones internacionales, y de su aplicación por parte de diversas instituciones a escala local, regional, nacional, europea e internacional. Por tanto, para el adecuado desarrollo de estas competencias es necesario comprender y entender las experiencias colectivas y la organización y funcionamiento del pasado y presente de las sociedades, la realidad social del mundo en el que se vive, sus conflictos y las motivaciones de los mismos, los elementos que son comunes y los que son diferentes, así como los espacios y territorios en que se desarrolla la vida de los grupos humanos, y sus logros y problemas. Asimismo, estas competencias incorporan formas de comportamiento individual que capacitan a las personas para convivir en una sociedad cada vez más plural, dinámica, cambiante y compleja; cooperar, comprometerse y afrontar los conflictos y proponer activamente perspectivas de afrontamiento, así como tomar perspectiva, desarrollar la percepción del individuo en relación a su capacidad para influir en lo social y elaborar argumentaciones basadas en evidencias. Adquirir estas competencias supone ser capaz de ponerse en el lugar del otro, aceptar las diferencias, ser tolerante y respetar los valores, las creencias, las culturas y la historia personal y colectiva de los otros.
Dos planes y dos reglamentos trabajan estas competencias.
El Reglamento del Régimen Interior tiene por objeto regular la organización y funcionamiento del centro y promover la participación de todos los que forman la Comunidad Educativa. La institución titular del centro, la Congregación de "Siervas de San José", con personalidad jurídica propia, es la que establece este reglamento.
El plan de convivencia pretende que cualquier miembro de la comunidad educativa se sienta parte importante del centro. Pretende favorecer una participación amplia de la comunidad educativa y crear un ambiente agradable ya que la convivencia se aprende compartiendo vivencias, fomentando las buenas relaciones interpersonales, dialogando, escuchando activamente, participando, comprometiéndose, asumiendo responsabilidades, compartiendo propuestas, discutiendo, intercambiando ideas y opiniones diferentes, reflexionando, construyéndola cada día... También define pautas de actuación, acordes con el reglamento de régimen interior, para situaciones en las que las actuaciones preventivas o dialogantes no sean suficientes.
El plan de acogida organiza las actuaciones a desarrollar para facilitar la integración de profesorado, alumnado/familias y personal de administración y servicios (PAS) de nueva incorporación en el centro.
El comedor escolar es un servicio complementario que ofrece el centro para dar respuesta a aquellas familias que por motivos personales o laborales lo demanden. En el comedor se tratan de consolidar unos hábitos de salud e higiene que los niños y niñas ya desenvuelven en su entorno familiar. Pero, por ser un servicio que se lleva a cabo en el centro escolar, también permite trabajar otros valores como la solidaridad, la convivencia, la cooperación y la tolerancia. De esta manera se contribuye al proceso de formación integral del alumnado. Para facilitar la convivencia y el buen funcionamiento del comedor es necesario establecer un reglamento de referencia para familias, alumnado y personal del comedor. Éste es el reglamento del comedor.